miércoles, 2 de mayo de 2012

Se ha perdido el Romanticismo


 
No, no os vayáis antes de tiempo. Esto no es la típica parrafada pastelosa sobre “amor”. Dejo Cupido a un lado por un rato. Me estoy refiriendo a otro tipo de romanticismo, quizás ahora olvidado en los tiempos “anti-analógicos” que corren.






¿A que ninguno os acordábais ya de cuando pedíais la dirección de algún amigo para mandarle una carta? Carta. Sí, a papel, que nadie se me asuste. Aquello sí es el romanticismo del que hablo. Esperábamos varios días el sobre, que no tardábamos ni cinco segundo en abrir. Estábamos ansiosos de saber de esa persona de la que hacía mucho que teníamos noticias. No había ilusión comparable.
Todo aquello echado a perder. Ahora sólo unos pocos románticos (no hablo de amor, ya sabéis) perduran. Basta una dirección de “correo electrónico”. Ni cartero, ni sobre ni sello. El botón de ‘enviar’ hace de intermediario y en menos de un minuto se recibe. Hay que reconocer lo cojonudo que es el invento aunque no esté escrito a letra y puño de tu remitente (¿esa palabra se sigue usando?). Caso a parte es el de hablar por Whatsapp
La verdad es esa, que la evolución en la tecnología le ha quitado un poco de romanticismo a la vida. Tampoco es cuestión de ser hipócritas, no me digáis que preferís poner un discazo negro en una gramola a llevar canciones en un iPod que cabe en el bolsillo ¿no? Aunque la verdad, se echan de menos esas cartas, la fotografía en carrete de 35 o escribir a Bic cristal, incluso esos vinilos.

Así que de momento seguiremos disfrutando del poco romanticismo que aún queda

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